Un código de barras funciona mediante un sistema de líneas y espacios que se traducen en datos legibles por máquinas. Cuando se escanea con un lector de códigos de barras, el dispositivo emite una luz que ilumina el código, y un sensor detecta la luz reflejada. Las variaciones en las líneas y espacios reflejan la luz de manera diferente, creando un patrón que se convierte en datos digitales. Estos datos pueden ser cualquier cosa, desde precios hasta información sobre un producto, permitiendo una rápida y precisa gestión de inventarios y ventas. Es como una clave que una máquina puede entender de inmediato.